¿Conoces las etiquetas de eficiencia energética de los electrodomésticos? Te explicamos por qué son tan importantes. Cada vez es más común cuando compramos un producto en el supermercado o en la tienda del pueblo consultar en la etiqueta del envase el valor nutricional y de qué está hecho el producto que queremos comprar. A menudo nos decantamos por comprar un producto u otro en función de si es más saludable, si proviene de cultivos ecológicos, etc… Pero ¿sabías que para los electrodomésticos también existe un etiquetado estándar que nos permite conocer su grado de eficiencia energética? Pero realmente, ¿qué significa eficiencia energética? Podríamos definir de forma sintética la eficiencia energética como la búsqueda de un resultado deseado utilizando el mínimo de energía posible. Por ejemplo, el objetivo de una nevera es enfriar y mantener a una temperatura relativamente baja los alimentos con el fin de conservarlos pero esta nevera puede consumir poca energía o mucha energía. Diremos que una nevera es eficiente energéticamente cuando su consumo comparado con el resto de neveras sea mucho más bajo. Pero ¿qué ganamos con los electrodomésticos más eficientes? Son varios los beneficios de utilizar electrodomésticos con un grado de eficiencia energética elevado. Los más destacados son: Ahorro en la factura de la luz. Uso más responsable de la energía. ¿Y cómo puedo entender las etiquetas de eficiencia energética? Es muy sencillo. Con el fin de simplificarlo se decidió crear un etiquetado estándar para todos los electrodomésticos y aparatos eléctricos. El etiquetado funciona con letras (de la A a la G), a los aparatos más eficientes les corresponderá la letra A, mientras que a medida que su eficiencia se vaya reduciendo nos iremos acercando más a la letra G. Con la siguiente imagen podréis verlo de forma esquemática: